Historia del flamenco escrita en madera
Artistas sobre el tablao El Cardenal, en una imagen de archivo - ABC
Los lugares de culto se han convertido en pieza fundamental de la oferta turística
La historia del flamenco en Córdoba se ha escrito en las tabernas y tablaos de la Judería, entre barricas de fino Montilla-Moriles que aún conservan los ecos de quejíos y bordones. Todo empezó a mediados del siglo pasado, cuando el flamenco salió de los cuartos de cabales y cayeron en declive los cafés cantantes.
Fue entonces cuando en Madrid afloraron los primeros tablaos flamencos, que en poco tiempo se convirtieron en auténticos templos de culto al arte jondo.
Por los tablaos pasaban todas las figuras del momento y allí se reunían los aficionados más cabales. En Córdoba, la Judería era el territorio flamenco por excelencia en esa época. «Antes de que aparecieran los tablaos, los artistas y aficionados se reunían en las tabernas», recuerda José Porras, presidente de la Asociación de Artistas Flamencos de Córdoba. Tabernas legendarias como Bodegas Campos, «por donde han pasado todos los artistas del mundo del flamenco», asegura, o la de Minguitos, Casa Pepe,Casa Currito, Los Califas en el patio del Zoco, El Bordón y la Prima en Miraflores o Casa El Pisto en el Alcázar Viejo, asistieron a una eclosión del arte jondo que luego daría paso a los tablaos flamencos.
Por allí pasaban cada noche viejas glorias de este arte como Lucas de Écija,Curro de Utrera, La Tomata, Antonio El Lápiz, El Piojo, Concha Calero,Merengue de Córdoba, Rafael El Tomate o Antonio El del Lunar. Nombres míticos que todavía perviven el testimonio gráfico de una época.
«En esa época venían muchos cantaores de Sevilla a buscarse la vida aquí», afirma el flamencólogo Rafael Guerra, quien reconoce que las fiestas para los señoritos eran la única manera de poder ganar un sustento con este arte hoy declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Eran una forma de vida para los artistas, pero también una forma de pervivencia y de enriquecimiento del flamenco, porque por allí fueron pasando quienes ejercieron el cante, el baile y el toque.
El Tablao de Marisa fue el primero en abrir sus puertas, justo enfrente de la Puerta del Perdón de la Mezquita-Catedral. Luego vendrían El Cardenal en la calle Torrijos, el Tablao de Don Manuel en la calle Cardenal González y así una larga lista de establecimientos.
En la zona histórica
En un principo proliferaron en el Casco Histórico, muy cerca del principal monumento de la ciudad, como se ve en estos ejemplos pioneros, pero luego salieron y aparecieron en barrios como Ciudad Jardín, Cercadilla o la Avenida de Cervantes. Allí se disfrutaba del flamenco en estado puro, del buen vino y, en algunos de ellos, incluso se podía alternar con señoritas de compañía al finalizar el espectáculo.
Con el paso de los años la revalorización del flamenco como producto cultural ha dado un giro radical al ambiente de los antiguos tablaos y tabernas, donde hoy en día el flamenco se ha convertido en un espectáculo destinado casi en exclusiva al turismo que llega a la ciudad. «Córdoba está aumentando el número de visitantes a un ritmo de casi el 8%», apunta Carmen María Gómez, vicepresidenta del Patronato de Turismo de la Diputación de Córdoba, por lo que «tenemos que adaptar la oferta a la demanda y, en este sentido, el flamenco juega un papel importante porque sigue siendo uno de los tópicos más demandados por quienes visitan la ciudad».
Aunque muchos de los antiguos tablaos de la Judería han desaparecido, Córdoba mantiene actualmente una variada oferta de establecimientos en los que poder disfrutar de flamenco en vivo. Doble de Cepa, Carmen Gastroflamenco, Arte y Sabores, Patio de la Judería, Los Patios de la Marquesa o el Mesón La Bulería, son algunos de los locales donde se puede ver flamenco a diario.
El decano de todos ellos sigue siendo el legendario Tablao El Cardenal, que continúa resistiendo los envites de la oferta y la demanda. «Al cerrar El Cardenal, se llevaron un pedazo de nuestras vidas», aseguraba esta semana la bailaora Desirée Rodríguez en la reinauguración del tablao que dirige su padre, el guitarrista Merengue de Córdoba.
El retorno
Y es que sólo un mes después de echar el cierre al tablao de la calle Torrijos en el que llevaban casi treinta años, El Cardenal volvía a abrir sus puertas en Bodegas Campos. A partir de ahora, ofrecerá dos espectáculos diarios de lunes a sábado, con lo que esta forma de mostrar al mundo el arte flamenco sigue viva.
Buenos Aires Flamenco ® agradece al: Diario ABC de Sevilla Andalucía
Fuente: ABC Sevilla