Novedades | 02 de diciembre de 2011

Gitanos "argentinos", flamenco y caló en el corazón de Buenos Aires

Cuando hace unos años sufrió una lesión en las manos jugando al fútbol, el exguitarrista de "La Barbería del Sur" decidió grabar con ellos primero un disco, "Gitanos de Buenos Aires", y después retratar su historia en un documental del mismo nombre, que acaba de exhibirse por primera vez en Argentina. La Avenida de Mayo, la más española de Buenos Aires, rezuma ecos de flamenco y caló de la mano de una comunidad de gitanos que, aunque alejados de España desde hace más de medio siglo, mantienen intacta su cultura, sus costumbres y hasta su lenguaje.

Huyendo de las penurias de la posguerra en la España franquista, en la que vivían discriminados y en la marginalidad, un pequeño grupo de gitanos, en su mayoría de las afueras de Madrid aunque también de otros puntos del país, como Andalucía o las Islas Canarias, emigró a la capital argentina en busca de una vida mejor.

"Pasaron de vivir en una chabola en el Pozo del Tío Raimundo (Madrid), entre ratas, a un piso en el centro de Buenos Aires. Aquí fueron recibidos como europeos, como señoritos españoles, en cierta manera como algo exótico", explica a Efe el guitarrista David Amaya, sobrino nieto de la cantaora y bailaora Carmen Amaya.

La nueva vida que encontraron en Argentina, continúa Amaya, permitió a los gitanos ahorrar, traer a sus familias y establecerse en las inmediaciones en la famosa Avenida de Mayo, en el barrio de Congreso, en el corazón de Buenos Aires.

David Amaya descubrió hace catorce años este "cogollo de hispanidad y flamencura" que le atrapó y le hizo sentirse como en casa, hasta el punto de que una ciudad a la que llegó "de paso", para "huir de sus demonios", se terminó convirtiendo

Los gitanos del Congreso apenas se relacionan con los locales, y aunque la mayoría son segunda, tercera o incluso cuarta generación de argentinos y nunca han pisado España, hablan castellano con un impactante acento español.

"No se han dejado contagiar de la 'argentinidad', veneran a otros dioses. Viven como si esto fuera realmente un pedacito de España", cuenta Amaya, que aunque también es gitano, no comulga con todas las férreas costumbres de su pueblo, en especial las relacionadas con el papel relegado de la mujer respecto al hombre.

Como explica una de las protagonistas del documental, las mujeres "no pueden acercarse a los payos", y desde niñas deben quedarse en casa ayudando a su madre.

Entre estas tradiciones que respetan a rajatabla está la obligación de casarse siempre con gitanos. Como en Buenos Aires son pocos, es común que terminen contrayendo matrimonio, siempre a edades muy tempranas, primos hermanos con los mismos apellidos.

La colonia del Congreso se dedica a la venta ambulante, al negocio de las antigüedades o las diferentes facetas del flamenco, que la mayoría aprenden desde pequeños a base de horas de ensayo frente al espejo, cantando, taconeando o tocando palmas.

"Desde niños nos decían que ésta es nuestra música y teníamos que aprenderla", explica Juan Romero Cádiz, perteneciente a la familia más numerosa de gitanos de la comunidad, que toca y da clases de cajón.

Los gitanos más jóvenes se reúnen en la plaza del Congreso, mientras que los hombres lo hacen cada tarde en el histórico bar porteño "Los 36 Billares", en plena Avenida de Mayo, que frecuentó el poeta andaluz Federico García Lorca cuando visitó Buenos Aires, y donde ellos juegan a mus, al billar o al dominó.

En la Avenida de Mayo y sus inmediaciones se ha creado toda una industria que vive del flamenco, con tablaos, academias y tiendas en las que venden guitarras españolas, cajones, castañuelas y trajes flamencos.

Es, sin duda, el rincón más español de la capital argentina y despierta un creciente interés turístico. EFE.

Por Elena Arsuaga

ea/mar/alf

                                                                                                                                                                Buenos Aires Flamenco ® agradece a: Univision Noticias

Fuente: Univision Noticias