Novedades | 21 de enero de 2016

Lola Flores, la faraona

Lola Flores, la faraona

El 21 de enero de 1923, hace 93 años, nació en Jerez, España, María Dolores Flores Ruiz, Lola Flores, “la faraona”, bailaora,  cantante flamenca y actriz de madre gitana, que llegó a tener fama mundial  y a ser venerada por algunos de sus seguidores de manera casi religiosa.

Estuvo casada con el guitarrista Antonio González, “El Pescaílla” (1926-1999), con el que tuvo tres hijos, los cantantes Lolita Flores (Dolores González Flores) (1958), Antonio Flores (Antonio González Flores) (1961-1995) y Rosario Flores (Rosario González Flores) (1964).

Fue hermana de la también cantante Carmen Flores (nacida en 1936), abuela de las actrices Elena Furiase (hija de Lolita) y Alba Flores (hija de Antonio). Fue la madrina de Carmen Morales, hija de la recordada cantante y actriz Rocío Dúrcal.

Su madre era gitana y se llamaba Rosario Ruiz Rodríguez, nacida en 1901 y fallecida el 21 de enero de 1989, a los 87 años, el mismo día en que Lola cumplió 66 años.

Entre 1939 y 1995 Lola Flores apareció en diversas películas y series televisivas en las que solía hacer el papel de gitana, que por cierto le iba muy bien. Entre ellas destaca un clásico de los años 40: Embrujo (1947, Carlos Serrano de Osma), drama musical donde acompaña a su pareja sentimental y artística de aquel momento, Manolo Caracol.

Entre sus películas de los años cincuenta destacan Morena clara,  en compañía de Fernando Fernán Gómez, El duende de Jerez (1953) y María de la O (1959), que es su primera película con Antonio González “El Pescaílla”. Otras películas recordadas son La hermana San Sulpicio (1962), nueva versión de la que había rodado Imperio Argentina, y los dramas mexicanos La faraona (1955) y Sueños de oro (1958).

Casa Flora y Una señora estupenda son sus dos cintas más salvables en plena época de la comedia española anterior al destape que siguió el fin de la dictadura de Francisco Franco; posteriormente protagonizaría la comedia Juana la loca… de vez en cuando (1983), dando vida a Isabel la católica, Truhanes  o su participación en la cinta documental rodada para la Expo de Sevilla Sevillanas (1992, Carlos Saura), junto a algunos de los grandes nombres del flamenco en general.

De entre su profesión, es muy conocida su amistad con dos artistas folclóricas y actrices cinematográficas, con las que compartió giras musicales por Hispanoamérica: Carmen Sevilla y Paquita Rico. Con ellas actuó en la película El balcón de la luna.

Lola Flores protagonizó muchos discos que la llevaron a la fama mundial, entre ellos se encuentran: Ay Lola, España mia, Juerga flamenca, Mi mundial 82  La inimitable Lola y muchos otros, que contenían sus canciones más famosas. Las más recordadas son: “A tu vera”, “Torbellino de colores”, “Ay pena penita pena” y “La zarzamora”. La música de esta última la fue acompañando en su entierro por pedido suyo.

Técnicamente no era una cantante perfecta, pero tenía una expresividad y carácter que compensaba con creces sus imperfecciones. Con motivo de una actuación en el Madison Square Garden de Nueva York, la crítica de un periódico consignaba: “No sabe cantar, no sabe bailar, pero no se la pierdan”, sintetizando el efecto que producía a la razón de una parte y a la emoción de otra y la perpejidad  en que suele dejar a los que no lo conocen aquello que los andaluces llaman “salero”, que a ella le sobraba.

Se recuerdan igualmente sus canciones humorísticas de rápidos recitados, en cierta manera antecesoras de los raps actuales: “¿Quién tiró la bomba?”, “Cómo me las maravillaría yo”…

Lola protagonizó durante toda su vida diversos programas de televisión, pero no fue hasta los 90 cuando empezó su etapa en televisión como presentadora. Presentó varios programas como El tablao de Lola en Telecinco (1992), Sabor a Lolas en Antena 3 (1992 – 1993) y Ay Lola Lolita Lola en TVE (1995); estos dos últimos los presentó junto a su hija Lolita Flores. Su último programa en TVE tuvo que suspenderse por el agravamiento de la enfermedad de Lola en la entrega número 9; allí hizo su última aparición cantando en público. Al principio su actuación se iba a realizar de pie, pero Lola tuvo que pedir una silla y apenas movió el brazo derecho porque lo tenía hinchado como secuela por el cáncer que padecía.

Sus programas se caracterizaban porque sus presentadoras formaban parte del espectáculo bailando y cantando. Toda esta estapa por televisión demostró que Lola no dejó de cantar ni de bailar hasta sus últimos días. El último programa que grabó fue El coraje de vivir, que no pudo terminar

Murió en su residencia de “El Lerele” en Alcobendas el 16 de mayo de 1995 a los 72 años a causa de un cáncer de mama que le había sido diagnosticado en 1972. Su capilla ardiente quedó instalada en el Centro Cultural de la Villa, actual Teatro Fernán Gómez de Madrid, en la plaza de Colón.

En un ataúd abierto y amortajada con una mantilla blanca, todos sus admiradores y amigos pudieron pasar a verla. Fue conducida hasta el cementerio de la Almudena en Madrid con una banda de músicos detrás del coche, que tocaba “La zarzamora” hasta donde sería sepultada. Fue uno de los entierros más recordados por la cantidad de gente que acudió; el funeral fue retrasmitido en directo por televisión. 15 días después de su muerte, el 31 de mayo de 1995 su hijo Antonio Flores fue encontrado muerto en la residencia familiar de “El Lerele”. Supuestamente, la causa de su muerte fue una sobredosis de narcóticos. Fue enterrado junto a su madre.

Lola ha sido caracterizada, con todas las dificultades que hay para no equivocarse al valorar expresiones de lo gitano,  como  racial, temperamental,  genuina,  pasional,  arrolladora,  o genial. Algunos exageraron hasta considerarla   “ casi una religión”.

 

Buenos Aires Flamenco® agradece a: AIM

 

Fuente: AIM