Cartelera | Internacional | 09 de octubre de 2010

CONCIERTO DE CLAUSURA

CONCIERTO DE CLAUSURA

PACO DE LUCÍA

En el marco de la XVI Bienal de Flamenco de Sevilla

Sinopsis

El gaditano Paco de Lucía será el encargado de poner punto y final a esta edición de la Bienal de Flamenco acercando lo mejor del flamenco hasta el público sevillano. El guitarrista, fundamental para entender la guitarra flamenca contemporánea y uno de los máximos referentes universales en este terreno, ofrecerá un concierto que pondrá el broche final a la XVI edición de la Bienal de Flamenco. En el escenario, Paco de Lucía actuará junto a una de las promesas del flamenco, Niño Josele, que consigue no desentonar al lado de su ídolo.

Paco de Lucia

Biografía

Músico español, considerado como el guitarrista flamenco de mayor prestigio internacional. Nació en el barrio de La Bajadilla de la ciudad andaluza de Algeciras, un barrio popular y predominantemente gitano. La calle, pues, y el ser hijo y hermano de músicos, lo familiarizaron con el flamenco desde su más tierna infancia. De su padre, Antonio Sánchez Pecino y de su hermano mayor, Ramón de Algeciras, aprendió los primeros rasgueos, y a los seis años comenzó a estudiar guitarra «en serio”.

Primeros aplausos en los tablaos

Como tal, Paco de Lucía comenzó a actuar a los doce años junto a su hermano Pepe (entonces Pepe de Algeciras) como el dúo Los Chiquitos de Algeciras, que cosechó el aplauso de muchos tablaos de Cádiz. Con catorce años obtuvo un premio en el Concurso Internacional de Arte Flamenco de Jerez de la Frontera, y aunque parezca sorprendente, fue entonces cuando inició su carrera internacional, ya que José Greco lo contrató como tercer guitarrista de su Compañía de Ballet Clásico Español y enseguida emprendió su primer viaje a Estados Unidos.

Para él, el guitarrista más brillante del momento era el Niño Ricardo, amigo de su padre, y quería sonar igual de bien. Luego conoció a Sabicas y a Mario Escudero y sus influencias fueron variando, pero éstos le aconsejaron que buscara su propia forma de tocar, su estilo. El problema era que «para uno era un modo complicado de decir las cosas más sencillas, y para el otro un modo muy simple de decir cosas complicadas», recuerda el artista, quien confiesa haber resuelto el dilema el día que supo que el estilo no es un punto de partida, como era su caso, sino un resultado, y a fuerza de tocar formó su propia personalidad.

Con la dirección artística de su padre grabó los primeros discos junto a su hermano Pepe, y posteriormente registró otros tres a dúo con Ricardo Modrego, de la compañía de Greco. Poco después conoció a Fosforito, a quien acompañó en una actuación en Salamanca, y luego a Camarón de la Isla y a Juan el Lebrijano.

Con ellos se integró en un grupo compuesto también por Matilde Coral, Paco Cepero y El Farruco, con el que, contratados por los managers internacionales Lippman y Rau para sus espectáculos, que llamaban «Festival Flamenco Gitano», recorrió varias veces Europa durante la segunda mitad de la década de los sesenta.

Mientras tanto, animado por Sabicas y Escudero, se adentró en el terreno de la composición, y también grabó sus primeros discos en solitario: La fabulosa guitarra de Paco de Lucía (1967) y Fantasía flamenca (1969), algunos de cuyos temas tocó en 1970 en el Palau de la Música de Barcelona, en el marco de un festival internacional por el bicentenario de la muerte de Beethoven, que algunos biógrafos sitúan como el momento de su consagración.

La influencia de Camarón

Pero el guitarrista de Algeciras, entonces ya asentado en Madrid, reservaba muchas sorpresas, y aquello no fue sino un peldaño más de una trayectoria en constante evolución que marcó muchos puntos de inflexión en la historia del flamenco.

Por entonces acababa de nacer la mítica pareja Camarón-Paco de Lucía, cuyas cualidades extraordinarias y la manifiesta y firme voluntad de convertir el flamenco en una experiencia rabiosamente viva han quedado impresas en más de una decena de discos impresionantes y en la memoria del guitarrista, que recuerda aquellos años como la etapa más bonita de su vida.

Para él, la excelencia del tándem tenía una explicación muy sencilla: «Mi sueño siempre fue ser cantaor, mientras que el de Camarón fue ser guitarrista». Su música perfecta fue, por tanto, fruto de la sana envidia recíproca y la mutua admiración.

Paco de Lucía se convirtió en estrella de las listas de éxitos en 1973, con la rumba Entre dos aguas, que conquistó a un público más joven que se interesó por primera vez por la guitarra flamenca. Esto influyó además para que sus álbumes de la época, El duende flamenco de Paco de Lucía (1972) y, sobre todo, Fuente y caudal (1973), incrementaran su difusión y le valieran una fama que empezaba a exceder los límites del género.

Dos años después, su actuación «para todos los públicos» en el Teatro Real de Madrid haría historia. Un nuevo trabajo, Almoraima (1976), mostraba su voluntad rupturista y daba sobradas pruebas de una personalidad consolidada. Pergeñaba ya entonces el proyecto de formar un grupo, y lo iba a lograr unos años después.

Nuevos caminos para el flamenco

En 1981 formó el célebre sexteto con el que creó el concepto actual de grupo flamenco, con sus hermanos Ramón de Algeciras y Pepe de Lucía, Jorge Pardo, Carles Benavent y Rubem Dantas, a los que más tarde se uniría el bailaor Manolo Soler.

La formación duró muchos años, hasta el día que decidió que después de tanto tiempo todo debía de sonar igual, y primero formó un trío con Juan Manuel Cañizares y su sobrino José María Bandera, y en 1998 rehizo el septeto: reemplazó a Cañizares por El Viejín, a Soler por El Grilo y a Pepe de Lucía por Duquende. Con ellos grabó Luzía (1998), en homenaje a su madre, que acababa de fallecer. Luego reunió en torno a él a otros artistas: el percusionista El Piraña, la guitarra del Niño Josele, el bajo de Alain Pérez, la armónica de Antonio Serrano y las voces y palmas de Duquende, La Tana y Montse Cortés.

Después de un largo período alejado de la composición nació su trabajo Cositas buenas (2004), en el que, entre tangos y rumbas, se dan cita muchas voces amigas y la del propio guitarrista, que rescata del archivo la bulería Que venga el alba, para unirse por primera vez en el canto a su «primo» Camarón.

En julio de 2004 era distinguido con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes y en septiembre obtenía también un Grammy Latino al mejor álbum de flamenco por Cositas buenas, que presentó durante el año en una gira mundial marcada por su intensidad.

En 2010 se convertirá en el primer artista español investido doctor honoris causa por el Berklee College of Music, universidad privada de Boston (Massachusetts, EE.UU).

Artista: Paco de Lucía
Guitarra: Antonio Sánchez
Armónica: Antonio Serrano
Percusión: Piraña
Bajo: Alain Pérez
Cante: David Maldonado y Duquende
Baile: Farruco.

®del texto el autor
®de la foto el autor

Buenos Aires Flamenco ® agradece a: bienal-flamenco.org/comunicación, acreditación, coordinación, prensa, staff y directivos de la XVI Bienal de Sevilla 2010